La experiencia fue vivida en un Segundo Año Básico, consta de 32 alumnos (18 niñas y 14 niños) en un colegio en el cual se imparte formación valórica, ubicado en la Comuna de Quilpué.
El establecimiento es Particular Subvencionado, con Enseñanza Completa (Pre- Kinder a Cuarto Medio). Es de un nivel Socio Cultural medio.
En promedio asisten 34 niños/as por curso. Posee talleres y Programas como Enlaces, Cra, Becas Junaeb, se observa la presencia de Programas de Integración y consta con un Centro de Oración.
El establecimiento es Particular Subvencionado, con Enseñanza Completa (Pre- Kinder a Cuarto Medio). Es de un nivel Socio Cultural medio.
En promedio asisten 34 niños/as por curso. Posee talleres y Programas como Enlaces, Cra, Becas Junaeb, se observa la presencia de Programas de Integración y consta con un Centro de Oración.
El sostenedor de este establecimiento es un pastor evangélico, cuyo hijo ejerce como director.
La situación observada consiste en que tanto los alumnos, como el profesor del curso conviven en un ambiente basado plenamente en el respeto.
Todas las relaciones interpersonales que se presenciaban en el clima escolar se fundaban principalmente en el respeto. Partiendo desde los superiores del establecimiento, quienes en sus tratos demostraban que las demás personas con las cuales se rodeaban eran tratadas de igual forma y no como simples trabajadores.
Este mismo trato se veía en las relaciones entre los docentes y alumnos.
La situación en particular se enfocaba en una alumna de 7 años, la cual, tenía problemas de aprendizajes en el ámbito académico, siendo esto un factor determinante para el desarrollo de las clases, puesto que era un elemento distractor para sus demás compañeros.
Tras lo observado en las distintas prácticas realizada hemos evidenciados como en la mayoría de los centros educativos, el proceso de enseñanza-aprendizaje determina los logros académicos de los alumnos. ¿Es el respeto en la relación docente-alumno un factor determinante para el progreso académico del estudiante?
Ellos son los sujetos de acción pedagógica y tenemos que comenzar por reconocer que ellos tienen necesidades e intereses específicos de acuerdo a sus realidades, edades y condiciones que son, la mayoría de las veces muy distintas a las nuestras.
En el caso de la alumna, hemos visto como el trato de respeto por parte del docente hacia ésta, generó cambios y logros significativos en su desempeño académico.
Mediante la interacción de la docente con la alumna evidenciamos que se puede enseñar respetando su autenticidad, ¿estamos capacitados los docentes para enfrentar la diversidad? ¿Tenemos la capacidad de tomar en cuenta lo que cada niño o niña quiere aprender?
El problema pedagógico visualizado radica en el respeto docente-alumno como un motor determinante en el ámbito académico.
Yesenia Flores
Ana Belén Muñoz
Katherina Ramírez.
Paula Véliz
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